Suena el despertador 8:00 de la mañana, Sandra una jovencita de unos 23 años, ojos color café, tez blanca, 1.68 de estatura y de cabellos esplendorosamente negros, sabe que es momento de levantarse para empezar un nuevo día haciendo la rutina que diariamente suele hacer, el ir y venir de su universidad, hacer trabajos y una que otra vez ir a algún concierto que se le presente de algún artista favorito.
Lunes 23 de abril, Sandra sale camino a su centro de estudios, se dirige directamente al paradero a esperar su micro que la llevaría a su destino, ya en éste opta por escuchar radio y en una de las tantas emisoras, oye promocionarse a uno de sus grupos favoritos, el no menos conocido grupo “Adammo”.
En esa tanda comercial invitaban a todas sus fans, que el día 24 de abril asistan a uno de sus conciertos en La Explanada del Estadio Monumental predicando que las entradas ya estaban a la venta, de pronto, Sandra no dudo en que las iba a comprar ya que espero tanto esta oportunidad de conocer a sus cantantes favoritos y sabía que no faltaría por nada del mundo a este concierto.
Así con las entradas ya compradas, llegó a su casa por la noche, cenó como de costumbre, pernoctó hasta la mañana siguiente, volvió a repetir su rutina de estudio de 9:00 de la mañana a 1:00 de la tarde, sabía que tenía que llegar temprano a casa para acudir a su concierto y así poder tener el suficiente tiempo de seleccionar la ropa que se va a poner en dicha ocasión, pues deducía que el evento empezaría a las 8:00 de la noche en punto.
Sandra, optó por bañarse, para luego producirse de pies a cabeza. Ya lista, salió de su casa a las 7:00 PM, sabía que la distancia de su casa al estadio era de aproximadamente 1 hora de viaje, así que se apresuró y después de exactamente una hora llegó a su tan esperado festival, hizo su cola para ingresar, ya adentro, esperó como 10 minutos, hasta que por fin hizo su aparición su grupo favorito.
Estuvo sentada no muy lejos del estrado, casi en zona VIP, pues sabía que así podría verlos mejor y corear cada una de sus canciones, de pronto, salió el grupo conformado por tres jovencitos ya famosos que tienen entre los 21 y 23 años de edad de nombres Ezio, Diego y Renzo que componen la banda peruana conocida con el nombre de “Adammo”.
Sintió demasiada emoción al verlos cantar frente a ella, coreo cada una de sus canciones como: sin miedo, algún día, te regalo; entre otras, ya que los siguió desde sus inicios cuando aun ellos no eran tan conocidos y no eran los cantantes que, hoy por hoy son.
Viéndolos ya en el escenario, los tres tenían casi el mismo modo de vestir, con la diferencia que Ezio era el vocalista de la banda, y a su vez dueño y poseedor de una voz lírica fuera de su aspecto físico que si bien es cierto, encantaba, tenía una estatura aproximada de 1.65, ojos color negros, test blanca, cabellos color negros y una sonrisa encandiladora que atrapaba a más de una.
Mientras Diego tocaba atrás la batería, con tan sólo 23 años, de cabellos negros y lacios, test clara por no decir blanca, su estatura era de 1.70, vestía sport, jeans azul, zapatillas como los chicos de hoy, y un polo de lo más sencillo. Renzo, por lo contrario, se dedicaba a melodiarnos con su guitarra electrónica, encantando a sus fans con sus cabellos castaños, ojos verdes, era el más pequeño de todos, media 1.65 de estatura, piel blanca y era uno de los más coquetos en la agrupación.
Ellos son guiados por su manager, que si bien es cierto, es el encargado de buscar los contratos en cuánto a conciertos y publicidad se refiere, llegando así a trabajar como imagen de reconocidas marcas telefónicas con las cuales aún se hicieron más conocidos.
Casi ya finalizando el concierto tocaron una de sus canciones mas reconocidas: “en tus sueños”. Así después de 1 hora y media de haber hecho saltar a toda una multitud y de enamorar con sus canciones, se despidieron del público que los acogió, seguidamente, se apagaron los reflectores que habían iluminado todo ese tiempo el concierto.
Así también, Sandra, sabría que esa experiencia sería una de las mejores etapas que perdurarían para toda su vida, quedando así grabada en el recuerdo de ella, y que nunca olvidara aunque pasen los años.
Escrito por: Cynthia Llerena